La dispersión será transitoria pero no deja de ser una señal. Esta proliferación de listas, internas, guerra de vanidades, ocultamientos vergonzantes se va a quedar en las Primarias de septiembre e iremos a la general con un escenario mucho más acotado: los que están en contra del gobierno nacional, los que están a favor, los que prefieren respaldar a la gestión provincial y un par de opciones más por los costados sin chances de bancas.
Pero para llegar a eso hay que pasar por las Paso. Y esa dispersión que al ciudadano le cuesta mucho entender, la política no la puede explicar. Refleja procesos sociales complejos de atomización, carencia de liderazgos, sostenimiento de proyectos.
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La crisis de representación es cuando en un conjunto necesitamos que alguien nos represente pero no puede ser ningún integrante de ese conjunto. La foto hoy de la política y la sociedad cordobesa es esa, aunque vaya a cambiar para la general de noviembre.
¿Por qué llegamos a un cierre de listas así? Lo primero es no intentar buscar respuestas racionales para lo que no lo tiene. Tampoco, obviamente, intentar motivaciones únicas.
Sin nombres
Juntos por el Cambio es la gran favorita a quedarse con el triunfo y los mejores lugares en esta legislativa nacional en Córdoba. Pero arrastra problemas desde su origen.
Desde que se formó Cambiemos. los cordobeses lo tomaron como su referencia preferida para elecciones nacionales, en especial por un rechazo al kirchnerismo que se remonta también a los orígenes del proyecto político nacido en Santa Cruz. Cambiemos logró resultados sin antecedentes, y de muy difícil de repetición, de superar el 70 por ciento de los votos, con lugares de la provincia que superó el 90 por ciento.
Pero así como los cordobeses se identificaron con los referentes nacionales de lo que hoy es Juntos por el Cambio, acá no encontraron ninguna representación válida.
Ni en dirigentes ni en partidos, que le fueron deparando a sus seguidores papelón por papelón, elección por elección.
Así, todo lo que pasaba en Córdoba quedó a merced de unos liderazgos nacionales, que también se fueron diluyendo.
Mauricio Macri, que siempre tuvo en Córdoba la provincia que lo hizo presidente y su principal respaldo electoral, demostró que su conducción es frágil. Debió haber intentado presentar una lista seria en la provincia que dice la considera propia pero eligió pasear por el Mediterráneo y tratar de armar en Zoom con lo poco que le fue quedando.
Sin liderazgo, todo quedó a merced de un puñado de dirigentes, que si tuvieran en votos la vanidad que cargan, ganarían todas las elecciones con casi el 100 por ciento.
Mario Negri y Luis Juez tienen mandato hasta 2023 en Diputados, se presentaron en casi todas las últimas elecciones, hicieron papelones en los últimos comicios provinciales pero se plantaron que querían ser senadores.
Macri dijo que lo único que le interesaba era su nuevo ahijado, Gustavo Santos, y decidió no moverlo. Rodrigo De Loredo se envalentó por la interna que le hizo a la dupla Negri-Mestre y decidió ir a fondo.
Entre esas vanidades, se esconde la casi extinción de los partidos. El radicalismo de Córdoba es menos que un sello. Fue dividido a la última elección provincial, tuvo una interna escandalosa, lleva dirigentes en las cuatro listas de estas Paso y el último dirigente con poder lo tienen que esconder en una de esas boletas, como el caso de Ramón Mestre.
El PRO Córdoba también demostró carencia de conducción y el Frente Cívico va a camino a ser unipersonal.
Así y todo, son la fuerza favorita. Tal vez muchos de sus votantes prefería que fuera el logo de Juntos por el Cambio sin ningún nombre de candidatos.
La interna peronista
Enfrente, estarán las listas de Hacemos por Córdoba y el Frente de Todos.
Juan Schiaretti, que mandó un mensaje claro a Alberto Fernández al poner a candidatas que no tienen posturas antagónicas con la gestión nacional. E hizo un armado territorial más pensado en las provinciales que vienen que esta legislativa.
El Frente de Todos armó una lista bien peronista y dejó en lugares marginales a los kirchneristas puros, que son muy activos en militancia y redes pero carecen de apoyos y votos.
De todo el resto del festival de listas, quedará sólo un par para las generales porque en las Paso hay que obtener el 1,5 de los votos para seguir.