Se inició este martes en la Justicia provincial el juicio por el trágico asalto y tiroteo en Rondeau 84, ocurrido el 16 de febrero de 2018, con cinco acusados y una muy baja expectativa de resolver la incógnita central de qué fue a robar la banda profesional que irrumpió aquella madrugada en ese edificio de Nueva Córdoba.
La Cámara Octava del Crimen intenta determinar quién mató al joven policía Franco Ferraro.
De la banda que protagonizó el asalto, fueron abatidos en el tiroteo Ricardo Serravalle y Rolando Hidalgo. Los otros tres, Diego Tremarchi, Ariel Gramajo y Ariel Murúa Rodríguez, están acusados de homicidio para tapar otro hecho delictivo. De ser hallados culpables, podrían recibir perpetua.
También están acusados de cómplices, Teresa Mitre y Miguel Ángel Mitre, familiares de Tremarchi, que son los que habrían facilitado datos y el acceso al departamento de Guido Romagnoli.
Romagnoli no se encuentra en el país y debe declarar en el juicio que juzga a quienes lo asaltaron hace dos años.
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Pero el joven desapareció de escena porque está siendo investigado en la Justicia federal por maniobras financieras ilegales, causa que casi no ha registrado avances.
Un par de elementos aparecen centrales para dilucidar en este juicio: quién y con qué arma mató al joven policía Ferraro y qué clase de botín fue a buscar la banda, integrada por delincuentes que habían perpetrado conocidos golpes a bancos, financieras y otros asaltos de alta envergadura.
No se conoce el monto de lo robado ni a quiénes pertenecían los cheques sustraídos. Los testimonios que dieron Romagnoli y pareja Melina Sosa fueron muy confusos.
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Hay escasa expectativa que se determine qué había en el departamento del 7º y 8º piso de Rondeau 84, mientras la fiscal federal Graciela López de Filoñuk no ha registrado ningún avance en la causa por lavado de dinero e intermediación financiera ilegal.
Respecto a la muerte de Ferraro, no se estableció fehacientemente qué arma y quién le disparó. La escena del crimen fue contaminada –entre otros– por funcionarios provinciales, entre los que se contaba el entonces secretario de Seguridad Diego Hak.
Existe la posibilidad que haya sido una de las 72 pistolas robadas de la propia Jefatura en 2015.
Libro
En su libro Golpe en Nueva Córdoba, que estará a la venta desde el domingo próximo, el periodista Juan Federico describe detalles de aquella madrugada que conmocionó a Córdoba y traza una serie de vinculaciones con sonados casos o polémicas sin aclarar.
Plantea la connivencia de sectores de la Policía y del poder político con los delincuentes, la escasa formación de los agentes de seguridad y la relación de algunos uniformados con los ladrones.
Los lazos con conocidas bandas narco, que habrían lavado dinero en Rondeau 84, donde también operaban conocidos gremios estatales, como los directivos de Epec, según consta en la causa por la que están siendo investigados en la Justicia Federal.
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La relación con el aquel robo de armas de 2015 de la propia Jefatura que el Gobierno provincial intentó ocultar y la Justicia nunca pudo esclarecer.
Nexos con misteriosos asaltos como el de barrio Cofico, a fines de 2017, donde compartían una velada importantes personajes de la Justicia, la política y las empresas de Córdoba.
La dudosa actuación de operadores partidarios como el vocero de la Fiscalía Federal, Gustavo Bastos, sembrando pistas falsas en el hecho con comunicados oficiales.
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