La imagen de Ricardo Jaime es cercana para los cordobeses. Sin embargo, su fama creció a nivel nacional cuando se transformó en el secretario de transporte durante los gobierno de Néstor y Cristina Kirchner. Su carrera política quedó trunca cuando fue juzgado por enriquecimiento ilícito. Esa causa lo llevó a la cárcel de Ezeiza, donde permanece actualmente detenido.
Tres son los jueces que lo investigan por distintos hechos de corrupción. En una de esas causas, el juez Sebastián Casanello, ordenó repatriar un yate, valuado en un millón de dólares que actualmente está varado en Uruguay. Permanece en el puerto de Piriápolis desde el año 2013.
¿Quién paga la fiesta?
El tema principal de mover el yate son los costos. Es el estado argentino quien debe hacerse cargo de cumplir y pagar la orden de la Justicia. Es más, los gastos actuales también son cubiertos por el estado de nuestro país.
El costo de traslado lo calculó Prefectura Naval Argentina. Y el monto final sería de 850 mil pesos. Sin embargo, por los tiempos de la justicia, el juez, pidió una partida de 990 mil pesos para cubrir la inflación y gastos extras.
Al formar parte de los bienes de Ricardo Jaime, junto a lujosas casas, autos, un hotel en Carlos Paz y hasta un avión de cuatro millones de dólares, la justicia puede disponer del destino de estos bienes de lujo.
Una vida de lujos.
Se trata de un yate modelo Altamar 64 comprado a una empresa fantasma en Estados Unidos. La transacción está fechada en marzo de 2009. Sin embargo, no está claro quién o quiénes son los dueños. Según la investigación, detrás de la compra están los ejecutivos de la empresa Trenes de Buenos Aires, una de las empresas que tenía que controlar Jaime. Intentan determinar si fue un pago por favores recibidos. Cuentan sus allegados que el nombre elegido por Ricardo Jaime para el yate fue Capricornio.
Sin duda, es un símbolo de la vida que llevaba el ex funcionario.
(Fotos: Infobae)