En la mesa 198 de la Escuela Almafuerte, en barrio San Fernando, Rodrigo de Loredo emitió su voto. Al igual que su compañera de fórmula, Soher El Sukaria, el candidato a intendente de Juntos por el Cambio llevó vigilantes para los fiscales y el presidente.
No lo acompañó nadie de su partido pero estuvo con su pareja y sus hijos.
Después de sufragar, habló con la prensa e invitó a los vecinos a acudir a las urnas. “Yo se que en el caso de los más jóvenes no votar es un acto de rebeldía, los bancos, porque la política les dio la espalda”, dijo.
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Y de manera inmediata, agregó: “Los invito a que se replanteen esa rebeldía e indiferencia. Quienes gobiernan están muy contentos con que se queden en su casa. Voten a quienes quieren, pero vengan”.
Por otro lado, sostuvo que a nivel local “la conversación también se puso en un marco nacional” y agradeció el apoyo de referentes de su coalición como Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich.
La polémica del atril
Mientras De Loredo votaba, miembros de su equipo quisieron ingresar un atril blanco para que el candidato hable con los medios. Cabe recordar que ese fue uno de los símbolos de su campaña, desde donde anunció 60 propuestas.
Sin embargo, una fiscal de Hacemos Unidos por Córdoba les reclamó que su uso infringía la veda electoral y tuvieron que retirarlo.
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El Doce le consultó al respecto al radical. “No se los dejaron poner y lo sacamos para ahorremos discusiones”, comentó. Detalló que su idea era contar su última propuesta desde el atril y reveló cuál era: “Queríamos decirle a la gente que vaya a votar”.