Chano Moreno Charpentier fue a Otro día perdido, conducido por Mario Pergolini, y se animó a una charla profunda sobre su pasado y su presente. En un ida y vuelta sin filtros, el músico puso el foco en sus adicciones, hizo autocrítica y celebró el momento personal que atraviesa, marcado por el afecto del público.
Durante la entrevista, Pergolini planteó una idea que atravesó toda la conversación: “Es muy difícil manejar el éxito y manejar el fracaso”. A partir de esa reflexión, Chano comenzó a contar cómo hoy percibe la mirada de la gente y el vínculo que se reconstruyó después de años complejos.
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“Valoro mucho que la gente me quiera”, dijo el cantante, y aclaró que ese apoyo va más allá de los fans de Tan Biónica. Según relató, muchas personas se le acercan solo para preguntarle cómo está: “Me dicen ‘quiero que estés bien’, se preocupan por mí y por mi familia”.
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Pergolini recogió esa idea y la amplió con una reflexión sobre la exposición pública. Señaló que cuando los errores son visibles, no siempre hay perdón, y que el cariño verdadero aparece cuando alguien, pese a todo, quiere abrazarte y tratarte bien. Para el conductor, ese gesto habla de un lazo sincero que sobrevive incluso al “quilombo”.
Chano coincidió y fue más allá. Reconoció que muchas veces se mostró como alguien soberbio y que eso no reflejaba quién es. “Tal vez hice todo lo posible para que eso no pase”, admitió, y explicó que sus actitudes estuvieron atravesadas por “picos de popularidad, de locura y problemas de adicción”.
Al hablar de ese tema, el músico fue directo y se llevó el aplauso del estudio. “Sentía mucha culpa por el daño que había hecho, pero después entendí que nadie me dijo que probar sustancias iba a volver mi vida ingobernable”, expresó.



