Hace siete años, la escocesa Susan Boyle saltaba a la fama y su increíble voz comenzaba a recorrer el mundo. Fue justamente en el 2009 cuando deslumbró en el reality Britain’s Got Talent e inició una meteórica carrera como intérprete. Pero hoy esa carrera parece detenerse.

Además de padecer diabetes tipo 2, fue diagnosticada con el síndrome de Asperger, una enfermedad que está emparentada con el autismo, y que complica el desarrollo de su profesión.
"No canto en directo porque estuve muy enferma. La respuesta corta es que todo esto tiene que ver con mi síndrome de Asperger", declaró Boyle al medio The Mirror, y agregó: "Cuando cantás, te metés en el personaje. Me escondo detrás de ese personaje en el escenario. Puedes sentirte muy mal, pero tenés que salir y hacerlo. El público quiere ver a alguien sonriente y no triste o dolorida".

Por suerte, podrá seguir componiendo y dijo que irá tomando decisiones paso a paso: "No hay otro tour cerrado. Voy dando pasos de bebé. Decidí grabar y ver cómo me siento con eso".
La cantante de 55 años manifestó alivio por haber recibido un diagnóstico de una situación que arrastró desde pequeña. En ese entonces los médicos le decían que sus problemas de aprendizaje se debían a la falta de oxígeno al nacer y ella sufrió años de burlas en la escuela e incomprensión social: “Me dijeron que tenía daño cerebral. Siempre supe que era una etiqueta injusta. Ahora entiendo más claramente qué está mal y me siento aliviada y un poco más relajada”.

La noticia conmueve y entristece por el enorme futuro que prometía su carrera: vendió 16 millones de discos, estuvo nominada al Grammy 2011 como mejor álbum vocal pop, ganó varios premios y hace pocos meses había salido su último trabajo de estudio “A wonderfull world”.