Arriba Córdoba cumple 18 años y queremos celebrarlo junto a todos los que encienden la tele bien temprano. Para eso, junto al Ministerio de Educación de Córdoba lanzamos el concurso “Escribí tu propio final” donde niños, niñas y adolescentes podrán participar mandando sus videos al WhatsApp de Arriba Córdoba (351 6374609).
¿Quiénes pueden participar y cómo deben hacerlo?
Jorge Cuadrado escribió un cuento sin final y todos los/las participantes deberán idear dicho final en un solo párrafo. Está destinado a estudiantes de educación Primaria y del Ciclo Básico (1ro, 2do y 3er año) de todas las escuelas de la provincia de Córdoba.
Los/las participantes deben mandar un video leyendo su propio final en un video que no supere los 30 segundos de duración. Debe ser enviado por WhatsApp al 351 6374609.
Premios
Los videos podrán enviarse hasta el 31 de agosto. El 1 de septiembre se conocerán los 10 finalistas y el 2 de septiembre todo se definirá por sorteo.
Quien resulte ganador obtendrá como premio un viaje al complejo Peko’s Multiparque para todo su curso. El viaje se realizará el viernes 16 de septiembre. El Doce proveerá entradas para el curso completo y el Ministerio de Educación de Córdoba se encargará de los traslados de ida y vuelta y de tramitar las autorizaciones correspondientes.
Además también habrá premios individuales para una cierta cantidad de finalistas.
+ VIDEO: Leticia y el barco, el cuento del “Tío George”
Leticia y el barco
Mi abuela me hizo un barco de papel. Debe haber recorrido el barrio entero preguntando cómo, pero al final lo hizo. Usó, eso sí, el diario del día.
Nunca me habían llamado la atención los juguetes que no servían para ganar, pero quería tanto a mi abuela que acepté el regalo sin cuestionamientos. Le di un beso, la vi sonreír y salí de casa a los saltos, simulando haber recibido la sorpresa de mi vida.
Había llovido mucho y en las cunetas se había formado una corriente navegable, aunque eso tampoco me estimuló a botar el barco. Así que estuve un rato esperando que mi abuela dejara de vigilarme; cuando eso ocurriera, me iría al club y el barco terminaría en un charco, como cualquier nave que no se anima a desafiar su destino. Sin embargo, mi abuela no se movió, al contrario, no me quitó los ojos de encima. Entonces me agaché, leí la palabra azar en la proa del barquito y lo apoyé apenas sobre el agua mugrienta. La fuerza del torrente me lo arrancó de las manos.
Recién ahora, después de tantos años, entiendo que aquel despojo resultó un desafío. Si comencé a seguir el barco, a vigilar su ruta, a imaginar destinos, fue porque no tenía claro si era su dueño o ese pedazo de papel con noticias frescas no tenía capitán. De cualquier manera, dejé de ser ajeno a su suerte.
En aquella época, todos sabíamos lo que significaba llegar, entendíamos que era un verbo que no necesitaba de cuándos ni de dóndes. Bastaba con un sueño y la voluntad de correr tras él. Por eso perseguí el barquito cuadras y cuadras, lo vi atascarse entre etiquetas de cigarrillos, incluso en pequeñas ramas, pero jamás intervine: dejé que se valiera por sus medios, y ver cuán heroica podía ser su travesía.
Atravesábamos la plaza, es decir, el puerto mayor de la ciudad, cuando alguien me llamó. En uno de los bancos, sentada como si no esperara nada, estaba ella. Jamás la había escuchado pronunciar mi nombre, pero salió tan dulce de su boca que fue imposible no dudar y creer que seguía soñando. Igual intenté ocultar que su llamado me había estremecido. Hola, le dije, así nomás, como si fuese habitual responder a un saludo suyo, y volví a ocuparme de la ruta de mi barco.
¿Leticia o el barco?, pensé, o quizás pregunté en voz alta. Ella sonrió, y juro que la hubiese invitado a bordo. Leticia y el barco, ¿por qué habría de abandonar a alguno de los dos?
¿Cómo escribo mi propio final del cuento?
Con la recomendación del equipo de trabajo del Ministerio de Educación de la provincia de Córdoba, elaboramos una serie de sugerencias para el acompañamiento de docentes, madres, padres y tutores que trabajen con los niños y niñas en este concurso cuya principal finalidad es promover la lectura y la escritura comprensivas.
1. Un hermoso momento: lean el cuento con/a las chicas y chicos. Compartir en ronda, disponerse a disfrutar de ese momento.
2. Promover la imaginación: luego conversen con las chicas y los chicos, es ideal para incentivar la imaginación. Pueden preguntarles:
- ¿Les gustó, por qué, cuál parte les sorprendió más?
- ¿Cuál personaje les gustaría ser?
- Mientras lo leían, ¿imaginaron ser el niño, la abuela, Leticia, testigos de lo que pasaba?
- ¿Jugaron/juegan con barquitos de papel? ¿Bailaron bajo la lluvia?
3. Comenzar a escribir: cada niña, niño, joven que decida y quiera participar del Concurso puede iniciar su escritura siguiendo estas ideas:
- Imaginar cómo es la plaza donde la ve a Leticia, ¿tiene juegos?, ¿cómo la describirían a ella? ¿Cómo es su mirada, su sonrisa, su pelo, cómo viste?
- Hacerle preguntas al cuento y responderlas.
- Armar una lista de finales posibles que imaginen y combinar posibilidades, leerlos en voz alta para escuchar cómo les suena.
- Elegir el final que más los sorprenda a ustedes.
- Hacerle correcciones si les parecen necesarias y ensayar su lectura.
4. A grabar el video: es importante buscar un lugar iluminado y chequear que el audio se escuche correctamente. Si es posible, grabar con el celular en forma horizontal. Si es necesario grabarlo varias veces y elegir el que más les guste. Y cuando todo esté listo, enviar el video y cumplimentar con todos los pasos que explicamos en las bases y condiciones del concurso.
5. Para más detalles, las bases y condiciones del concurso se pueden consultar en este link.
¡A disfrutar de esta aventura de imaginación, escritura y lectura creativa!