El cantante británico Sting quedó involucrado en un escándalo judicial. Todo sucedió al trascender la noticia de que su bodega, Il Palagio, de la que es propietario hace 25 años, está siendo investigada por la Policía italiana por formar parte de una red mafiosa que explota a inmigrantes en empresas vinícolas de La Toscana.
La sospecha es que alrededor de unas 40 personas indocumentadas trabajaban en los campos propiedad de la estrella en condiciones cercanas a la esclavitud. Al parecer, los obligaban a trabajar largas jornadas por menos de cuatro euros la hora, no contaban con vestimenta adecuada y sufrían las heladas en el invierno, entre otras denuncias.
A pesar de las duras acusaciones, la Justicia se encargó de deslindar la responsabilidades de Sting. Antonio Sangermano, el fiscal que lo investiga, consideró que el cantante no es el responsable de estas contrataciones ilegales y que “no tenía conocimiento de este hecho y ni siquiera estaba en Italia en el momento”.
En declaraciones al diario británico The Telegraph, el artista dijo que está "entristecido y angustiado al saber que una empresa independiente de leasing pudiera haber estado involucrada en prácticas laborales cuestionables". Y agregó: “Espero profundamente que la ley italiana siga su curso y lleve el asunto a los Tribunales”.
El ex integrante de The Police debe lidiar con esta investigación justo cuando está por salir a la venta su nuevo disco, 57th & 9th, en donde ya anunció que compuso una canción en alusión al drama de los refugiados, titulada Inshallah, que en árabe significa “si Dios quiere”.