Tom Cruise fue el gran protagonista de los premios Bafta, pero no por estar nominado, sino por su rejuvenecida apariencia.
La estrella del cine de 53 años apareció con el rostro estirado e inflamado. Las fotos dejan en evidencia que ha perdido sus expresiones faciales y ya no luce como antes.
Al parecer, se habría sometió a una cirugía estética o recurrió al bótox.