Era 21 de febrero de 2008, plena siesta de Córdoba. Ingresó un llamado al 101: era una vecina de barrio Colonia Lola que denunciaba haber sido víctima de un robo. Varios móviles del CAP del Distrito 3 llegaron al lugar. La mujer apuntó contra Ezequiel Saldaño, un joven de 18 años.
Cuando vio el patrullero, comenzó a correr en dirección a un descampado. Los efectivos iniciaron una persecución. En medio de las corridas, Saldaño cayó al suelo con dos heridas de arma de fuego en las piernas. Acto seguido, según denunció la familia, el oficial Pablo Rochelli lo remató de cuatro tiros en el pecho.
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En la escena del crimen secuestraron un arma 9 milímetros con el número de serie limado. Al parecer, Ezequiel Saldaño no estaba armado y aseguran que la pistola fue plantada. Rochelli fue imputado por homicidio agravado por el abuso de sus funciones. A 14 años del hecho, continúa en libertad y recién ahora inicia el juicio.
Por su parte, la Policía indicó que el joven tenía antecedentes por hechos delictivos. Además, declararon que hubo un tiroteo cruzado iniciado por él. Según indicó el abogado de la familia, Gustavo Enrique Anna, el dermotest dio negativo. Habría otros tres policías involucrados.
Rosa, la hermana de Ezequiel, insistió en que se trató de un caso de gatillo fácil y, en diálogo con Arriba Córdoba, pidió que el policía “vaya preso porque lo asesinó”. “¿Y si hubiera sido al revés? Mi hermano ya hubiera estado condenado pudriéndose en la cárcel. Pero no, está pudriéndose en un cajón y él (Rochelli) está libre”, remarcó. “No es derecho eso”, sentenció.
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