El asesinato a sangre fría de un kiosquero de 45 años conmociona en Buenos Aires. El hecho ocurrió el domingo a la siesta en Ramos Mejía, donde un hombre estaba atendiendo su negocio y fue sorprendido por una pareja de delincuentes que lo balearon.
Mientras la familia de Roberto Sabo no sale del dolor por el brutal crimen, este lunes se negó a declarar el detenido por el hecho. Se trata de Leandro Daniel Suárez (30), quien está acusado de haber disparado contra la víctima.
El fiscal Federico Medone, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Homicidios de La Matanza lo imputó por "homicidio agravado criminis causae y por el arma", "robo calificado -dos hechos-", "hurto de vehículo", "portación ilegal de arma de fuego de uso civil", todo ello "agravado por la participación de un menor", un delito que prevé la pena máxima.
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Cabe recordar que Suárez tiene frondosos antecedentes y había dejado la cárcel en agosto del año pasado. Sin embargo, eligió no hablar del hecho ante la Justicia, aunque fuentes cercanas revelaron algunos detalles del momento.
Según indicó Clarín, el detenido se largó a llorar y pidió que por favor no le "pidan prisión perpetua". "Por favor no me pida la perpetua, me quiero morir", suplicó Leandro Daniel Suárez, de 30 años, en medio de una crisis de llanto.
Luego de los trámites de rigor, el fiscal pidió que le hicieran una pericia para determinar si fue quien disparó el arma que mató al kiosquero.