Los estereotipos de belleza traspasaron los límites. Los juicios sociales sobre el cuerpo ajeno persisten y se volvieron más visibles con el uso de las redes sociales. Un comentario puede provocar que el otro sea propenso a sufrir trastornos de conducta alimentaria (TCA).
Este problema, que no tiene género, pero que predomina en mujeres –sobre todo adolescentes de entre 11 y 22 años-, fue evolucionando a medida que aparecieron nuevas redes sociales. Existen grupos de WhatsApp, Facebook, Instagram y hasta Tik Tok que promueven la bulimia, anorexia y la obsesión por la alimentación saludable.
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Cada una de esas enfermedades son llamadas por otros nombres: Pro Ana (anorexia) Pro Mia (bulimia) Pro Alisa (obsesión por comida saludable). En cada grupo hay reglas que cumplir para pertenecer y permanecer, categorías de peso y hasta consejos sobre cómo vomitar, cuándo comer y qué dieta es mejor.
Cada persona que ingresa al chat, debe presentarse con nombre, edad, especificar el TCA, explicar por qué quiere entrar al grupo. Hay integrantes, puntualmente los que tienen jerarquías, que hasta recomiendan “comer delante de alguien y no malgastar calorías”.
La psicopedagoga Mariana Savid (MP. 135610) se infiltró en un grupo de WhatsApp para conocer qué sucedía y alertar a las familias de las adolescentes que estaban sufriendo.
En diálogo con Arriba Córdoba reflexionó sobre esta problemática y explicó que “la etapa adolescente es muy vulnerable en cuanto a la autoimagen” y, al estar atravesadas por la tecnología, siguen a influencers que promueven los cuerpos “perfectos”, pero que no son reales debido al uso excesivo de filtros. Y porque también son víctimas de TCA.
Ante esto, se sumergen en “dietas milagrosas” que prometen bajar mucho de peso en poco tiempo, naturalizan los trastornos de conducta alimentaria, pero hay una negación porque hablan de Ana y Mia, y no de anorexia y bulimia, respectivamente.
Savid afirmó que “hay una distorsión de la realidad” y por esta razón apuntó a la importancia de estar atentos a ciertas conductas de las y los adolescentes, como por ejemplo, a los cambios bruscos de peso, caída del pelo, obsesión por la imagen corporal, baja autoestima, irritabilidad, aislamiento. “La pandemia y las redes sociales multiplicaron los trastornos de conducta alimentaria”, advirtió.
+ VIDEO: una psicopedagoga se infiltró en estos grupos