Las consecuencias del sismo que sacudió al norte cordobés en la madrugada del viernes golpearon a una humilde familia del paraje Alto Verde, cercano a la localidad de San Pedro Norte en el departamento Tulumba.
Temor, desolación, desesperación son algunos de los adjetivos que describen el aterrador momento vivido por Natalia Contreras y su marido, padres de tres hijos de 2, 8 y 14 años, en su casa que tiene fisuras y grietas grandes.
“Desde el día del sismo dormimos con mis hijos en el auto porque tenemos mucho miedo que pase algo con la casa, hoy estamos viendo si la apuntalamos o algo hasta poder arreglarla”, aseguró Natalia a Informados Diario.
Luego del sismo, la familia teme que su casa se les caiga encima debido a la profundidad de las grietas. Las palabras de Natalia resuenan de manera tenebrosa al relatar que “cuando lo sentí corrí a la pieza de mis hijos y los saqué desesperada”.
Natalia Contreras es auxiliar en la escuela rural de Alto Verde y asegura que por problemas económicos no puede costear los daños que el sismo ocasionó en su vivienda, por lo que solicitó ayuda a los que hacen viviendas ranchos, quienes respondieron que “no podían hacer nada”.
“Espero que alguien me escuche. Si existe la posibilidad de un arreglo bárbaro, yo no pido que me hagan una casa nueva. Lo hago por mis hijos, no por capricho”, ruega la madre.