Pasadas las 9.30 de la mañana, el presidente Mauricio Macri y la vicepresidente Gabriela Michetti arribaron a la calle Pasteur 63 de Capital Federal, sede de la mutual israelita que hace 22 años fue víctima de un atentado terrorista.
Junto a ellos, miembros del gabinete nacional y el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta se hicieron presentes para acompañar a los familiares de las 85 víctimas fatales y a las autoridades de la AMIA que cada año realizan una contundente pedido de justicia para un caso que no tiene culpables condenados. También se colocó una vela en homenaje al fallecido fiscal de la causa Alberto Nisman.
Sofía Guterman, familiar de una de las víctimas, fue dura respecto a la justicia argentina: "Cuando la justicia está ensangrentada y acepta la impunidad, no es justicia, es corrupción", dijo en su discurso.
El 18 de julio de 1994 a las 9.53 de la mañana, una explosión causó la muerte de 67 personas que estaban en el interior de la sede de la AMIA y de otras 18 que transitaban por la vereda o se encontraban en edificios cercanos.