En el mismo día de su cumpleaños número 21, Juan Cruz Camerano Echavarría se sentó ante la Cámara Octava del Crimen para revivir la noche en la que asesinaron a su amigo Valentino Blas Correas.
Juan Cruz conducía el Fiat Argo baleado por policías la madrugada del 6 de agosto de 2020. Visiblemente conmovido, recordó los últimos minutos en los que estuvo junto a Blas. Declaró como testigo, ya que no está acusado de ningún delito, situación que le aclaró el presidente de la Cámara Octava del Crimen, Marcelo Jaime.
Cuando le preguntaron qué le diría a la víctima, expresó: "Perdón por no haber llorado y gritado en ese hospital para que lo atendieran". La definición del joven, referida a la atención que no recibieron en el Sanatorio Aconcagua, se interrumpió por las lágrimas en su rostro.
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"El momento más traumático de la noche fue haber ido con Blas herido de bala, con Camila llorando, gritando", afirmó sobre las escenas de desesperación que vivieron con su pareja la madrugada del ataque.
Al reflexionar sobre esa fecha fatal, lamentó: "De haber ido a un bar con amigos nos encontramos en una oficina policial que decía Homicidios y un amigo muerto".
Por qué no detuvo el auto
Durante la presentación realizada este martes, le preguntaron a Camerano Echavarría por qué no se detuvo en el control policial donde les dispararon.
El joven sostuvo que las señas de los efectivos fueron confusas. Además, se refirió al momento exacto en que uno de los policías desenfundó su arma: "Me abataté, nunca vi un arma en vida".
A su vez, negó que haya querido atropellar a uno de los uniformados apostados en la avenida Vélez Sarsfield frente al complejo Pablo Pizzurno.
Por otra parte, Juan Cruz admitió que al principio pensó que les habían arrojado piedras hasta que los acompañantes le advirtieron que Blas estaba baleado.
Su declaración se convirtió en uno de los testimonios centrales en el juicio, al igual que las del resto de los chicos que iban en el Fiat Argo.
El testimonio de otra acompañante
Camila Toci, la pareja de Camerano, completó la declaración de los testigos presenciales del homicidio. La joven remarcó que en todo momento "buscaban echarles la culpa" por la muerte de Blas.
Precisó que luego de ser baleado, Blas la tomó de un brazo y le pidió que lo llevaran a un hospital. De esa manera el celular les marcó la opción del Sanatorio Aconcagua, donde no consiguieron atención.
La joven continuó su relato del momento en el que fueron interceptados por policías en Chacabuco y Corrientes sin que nadie intercediera para auxiliar al amigo herido.