Diez efectivos de la Policía de Córdoba fueron apartados de sus cargos, acusados de dejar morir a Valentino Blas Correas la noche del 6 de agosto de 2020. En el cruce de las calles Corrientes y Chacabuco, los agentes habían interceptado el Fiat Argo en el que agonizaba el joven.
Sus pases a situación pasiva se debieron a la denuncia efectuada por la mamá de Blas, Soledad Laciar, lo que derivará en un sumario interno.
+ MIRÁ MÁS: La principal hipótesis sobre la joven que murió al caer de un sexto piso
El Órgano de Control Disciplinario de las Fuerzas de Seguridad tomó la decisión, de acuerdo a La Voz. Además, derivó la investigación a la fiscalía de turno por la eventual comisión de hechos delictivos, como omisión de auxilio, abandono de persona, incumplimiento funcional, entre otros posibles delitos.
Cabe destacar que ninguno de esta decena de uniformados forma parte del grupo de 13 policías que son juzgados en la Cámara 8ª del Crimen por el asesinato de Blas.
La ayuda que no llegó
Después de ser baleado a la altura del complejo Pablo Pizzurno, en la avenida Vélez Sársfield, Blas Correas fue trasladado por sus amigos en el Fiat Argo hasta el Sanatorio Aconcagua, donde no recibieron auxilio.
Cuando los jóvenes llevaban a su agonizante amigo hacia el Hospital de Urgencias, efectivos de la Fuerza los interceptaron a la altura de Corrientes y Chacabuco.
Las imágenes que trascendieron de la escena muestran que ningún policía asiste al joven, sino que se dedican a requisar a los amigos de Blas. Además, se suman al desgarrador testimonio del conductor del Fiat Argo, Juan Cruz Camerano Echavarría, que hizo énfasis en la inacción policial para asistir a su amigo.
Después de angustiantes momentos, una ambulancia del servicio de Emergencias llegó al lugar y constató el deceso de Blas.
Por su parte, Soledad Laciar había declarado que, al llegar a la esquina donde su hijo murió, ningún agente le dio una respuesta, en lo que calificó como un trato "deshumanizado".