Oriundo de Buenos Aires, Ariel Ocampo triunfó en Córdoba y en el país como muralista y artista plástico. Es ampliamente reconocido por sus obras, este año incluso recibió el Premio Jerónimo Luis de Cabrera por su trabajo. También es activista por los derechos LGTBQ+, papá de David y marido de Guillermo.
“Cuando yo me asumí como gay tenía veintipico de años en Buenos Aires y a lo primero que uno renunciaba en ese momento era a formar una familia”, contó.
La Ley de Matrimonio Igualitario en Argentina entró en vigencia el 15 de julio de 2010. Uno de los avances significativos de esta ley fue traer acompañado el matrimonio igualitario con la posibilidad de adoptar menores.
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Previo a esta ley histórica en nuestro país, el derecho a casarse y adoptar no era para todos. “La idea de la familia era la primera idea que abandonabas”, describió Ariel sobre su generación. Y agregó: “Uno creía que se terminaba ahí. Que ibas a vivir en la oscuridad, en los antros que había en ese momento para encontrarse”.
Por eso, en el mes del orgullo elige celebrar la democracia y a su familia. “Poder estar hoy con mi marido, con mi hijo de 21 años… tengo muchos motivos para celebrar, un montón”, aseguró. Gracias a la ampliación de derechos y a la apertura social, las nuevas generaciones se enfrentan con una realidad distinta a la de su época.
Salir del clóset en diferentes espacios
En su experiencia, uno “sale del clóset todo el tiempo en diferentes espacios”. Según cuenta, a pesar de estar en pareja con Guillermo desde 2001, cuando llegó a sus vidas su hijo David, los sacó del clóset en un montón de espacios que ellos no habían notado.
“Había un montón de situaciones familiares con tías mayores que decían 'vení, sentate al lado de tu amigo', que uno permitía por más de que ya estábamos casados desde hace años”, ejemplificó.
“Por ahí estábamos dejándole cómoda la vida a mucha gente que todavía no aceptaba que vivimos en un mundo diverso”, reflexionó.
Como papá le tocó educar en un montón de ámbitos, desde escuelas hasta hospitales. Su hijo está con ellos desde los 11 años pero recién en el último año del secundario lograron que la planilla de inscripción del colegio diga 'responsable uno' y 'responsable dos' porque todos los años era 'mamá' y 'papá'.
“Cuando hicieron esa modificación el mensaje del preceptor en el grupo fue 'gente, se modificó la ficha, ahora dice responsable. Donde dice responsable uno va papá y donde va el responsable dos va mamá'”, contó con un dejo de tristeza. “Hay una resistencia de las personas pero estamos en un momento bisagra muy importante porque los chicos de hoy en día viven una realidad distinta”, aportó ilusionado.
El camino para ser papá no fue sencillo. Luego de casarse estuvieron tres años renovando la carpeta de pretensos adoptantes hasta que una funcionaria los llamó para darles la noticia más decepcionante: había “muchos jueces homofóbicos” en ese momento y no creían que se arriesgarían a darles a una pareja de varones un grupo de hermanos.
Ante esta dura realidad se sentaron a charlar y aún con el deseo de paternar decidieron buscar una alternativa. Así, se presentaron como familia de acogimiento para estar a cargo de un menor hasta que se regularizara su situación.
“Conocimos a David en esas circunstancias y recién a los cuatro años entró en estado de adoptabilidad”, explicó.
“Con 15 años nos eligió él a nosotros porque después de tan lindo tiempo juntos nos adoptamos los tres prácticamente”, contó emocionado.
Convivir con los prejuicios
Al consultarle cómo se convive con el odio que todavía está presente en algunos espacios, Ariel Ocampo solo tiene una respuesta: “Con amor”.
Como artista plástico, es el autor de muchos de los murales de nuestra ciudad. Algunos de los más recientes son el de Leo Messi en barrio Argüello y el de los cordobeses Julián Álvarez, Paulo Dybala, Nahuel Molina y Cristian Romero en Plaza de las Américas.
Sin embargo, uno de sus trabajos tiene una historia especial por detrás. Se trata de la obra por los 10 años de la sanción de la Ley de Identidad de Género, ubicada en el puente Sarmiento. El mural es en homenaje a 10 activistas y personalidades trans que lucharon por la ley, sin embargo ha sido vandalizada varias veces. A pesar de que se ocupan de restaurarlo, vuelve a aparecer con pintadas de odio.
+ En el mes del orgullo elige celebrar la democracia y a su familia.
“Eso lastima mucho”, compartió Ariel con la voz entrecortada. Al principio, la idea era representar a las 10 personas de forma pequeña porque solo tenían cinco días para realizar el mural pero eligieron hacerlos enormes. “Los pintamos abrazados en comunidad, mostrando su identidad en pleno centro de la ciudad”, detalló.
“Lamentablemente como me ha dicho la mamá de Selene, que fue conocida como Nati, esos actos de odio solo lastiman a los que quedan”, destacó Ariel. Pero, en su opinión, la única forma de luchar contra el odio es con amor. “Y paciencia”, sumó.
“Hablar, pedir colaboración, ir con unos pinceles, repararlo, restaurarlo y seguir hablando de que son personas que perdieron la vida peleando por ser quienes son, nada más”, explicó.
“Todos vivimos en el mismo espacio y tenemos los mismos derechos”, cerró.
Célebres es un ciclo de entrevistas realizadas por El Doce en el Teatro Comedia, con Mariano Cardarelli y la Agencia Circo, para celebrar el mes del orgullo en Argentina.