A 24 horas de su avistaje en Río Cuarto, el aguará guazú rescatado esta semana fue devuelto a la cuenca del Río Dulce, en donde vive el grueso de la población de esta especie en Córdoba.
En diálogo con ElDoce.tv la secretaria de Policía Ambiental, Victoria Muccillo, detalló que su rápida translocación se debió a que el animal no mostraba signos de mascotización. “Tenía conductas propias de un animal que se desarrolló de manera silvestre, no parece haber estado en cautiverio”, especificó.
El canino fue revisado por un veterinario del Parque Ecológico Urbano local y determinaron su buen estado de salud. Esto también facilitó su traslado.
En constante movimiento (y peligro de extinción)
Según explicó Muccillo, todo parece indicar que el ejemplar llegó por sus propios medios hasta el taller en donde lo encontraron. “Son animales que viajan mucho”, subrayó.
Remarcó que no suelen intervenir después del avistaje de un aguará guazú y la recomendación a las personas que los vean es no acercarse, alimentarlos o intervenir de ninguna manera. En este caso, se hizo una excepción por los riesgos que implicaba su circulación en un área densamente poblada.
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“Está comprobado que los ejemplares que hay en Córdoba, Santa Fe, Santiago del Estero y todo el norte Argentino forman parte de una única población que se está moviendo permanentemente”, aclaró Laura Garutti, bióloga de Policía Ambiental.
La especialista comentó que según los últimos datos, relevados en 2019, su población se redujo en un 30% y se encuentran en peligro de extinción. “No hay un censo porque sus poblaciones son dinámicas, pero informalmente se habla de que quedan cerca de mil en toda Argentina”, cerró.