Fabricio tiene siete años y el miércoles disfrutaba de la linda tarde del comienzo de la primavera. Como no tenía clases por ser el día del estudiante, salió a tomar un helado junto a su mamá Silvina en Agua de Oro.
Eran alrededor de las 14 cuando, al cruzar la ruta, una camioneta blanca lo atropelló haciéndolo volar por el aire y caer en el pavimento. El conductor del vehículo frenó unos metros más adelante, se acercó y cuando vio que el nene estaba con vida se volvió a subir y se fue.
Mientras tanto, una pareja ayudó a la madre a levantarlo y cargarlo en el auto para llevarlo al dispensario de la localidad. Posteriormente, tuvo que ser trasladado a la Clínica Vélez Sársfield de Córdoba por las heridas y la quebradura en una de sus piernas.
Más allá de la satisfacción porque Fabricio la sacó bastante barata, su familia pide colaboración para encontrar al cobarde conductor. Según Silvina, era un hombre canoso y con barba, de entre 45 y 55 años y tenía una boina gris.