Este miércoles se desarrolla la tercera audiencia en el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa. En los Tribunales de Dolores se vivió una mañana de gran expectativa por la declaración de Pablo Ventura, el joven que fue acusado injustamente por los asesinos.
Pese a que no tenía nada que ver con el hecho ni había estado en Villa Gesell al momento del asesinato, Ventura estuvo detenido durante unos días. Luego se comprobó su inocencia y fue liberado. En 2020 lo sobreseyeron y quedó desvinculado de la injusta acusación.
El chico de 24 años fue contundente en su declaración. Antes de ingresar al juicio, aseguró que “con buena cara no voy a mirar” a los rugbiers. Según indicaron medios de Buenos Aires, ni siquiera los miró, al tenerlos por primera vez cara a cara luego de casi tres años.
Periodistas que siguen desde adentro el juicio contaron que se escucharon murmuros y "hasta risas" de los rugbiers cuando estaba por declarar el perejil.
Fernando Burlando, abogado de la familia de la víctima, insultó a los imputados cuando le preguntaron sobre este episodio. "Si se rieron, son unos reverendos hijos de puta". Y agregó: "Aunque lo hagan por una cuestión que no tenga que ver con el juicio, en esto que es un templo donde están los papás de Fernando, no se pueden reír de nada".
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Volviendo a la audiencia, Ventura sostuvo que nunca conoció a Fernando Báez Sosa y que al único de los imputados que conocía a es a Máximo Thomsen. "Con ellos no tenía ningún tipo de trato, solo sabía quiénes éran porque éramos de la misma ciudad”, fue una de sus frases.
Le consultaron si había tenido algún problema con alguno de ellos anteriormente, y él respondió: "Con Lucas Pertossi, porque una vez habló mal de mí. Dijo que yo le parecía un tonto. Nos miramos mal en un boliche”.
Después fue tajante con una de sus frases y apuntó: “Varias veces a la salida del boliche los había visto pelear en grupo allá en Zárate. En grupos de 3, 4, 5. Contra dos personas. Siempre eran mayoría ellos. En la joda siempre salían a pelear".
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Por último el perejil del caso lamentó las secuelas que le quedaron tras la falsa acusación y toda la repercusión mediática del momento en torno a su nombre. Hacia ese lado también declaró su papa, José María, quien se refirió al "daño familiar" que le causaron los rugbiers.
"La detención de Pablo nos cambió la vida y nunca supimos quién lo nombró. Con mi hijo hicieron un acto de cobardía total. Nombrar a un inocente, querer involucrarlo... Y no lo digo por los ocho (que llegaron a juicio), lo digo por los diez (por Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi, quienes fueron sobresídos). Son unos cobardes", sentenció el padre de Pablo Ventura.