Con el verano y meses de mucho calor, el cuidado es fundamental para que las plantas (sean de interior o exterior) no se mueran.
Algunas recomendaciones sobre el riego:
- Aportarles agua es fundamental como parte de un cuidado básico.
- Agrupar varias de ellas de menor tamaño para que se hagan sombra mutuamente y conserven mejor la humedad.
- Las más pequeñas van a necesitar un riego más frecuente, casi diario.
- Nunca regarlas en las horas de menor sol, como la mañana o la noche. A esto se lo conoce “efecto lupa” que puede quemarlas.
- No regarlas directamente. Lo mejor es poner agua en un plato debajo de las macetas para que absorba cuando lo necesite.
- Es mejor regar de manera espaciada y profunda, que frecuente y superficial, ya que así las raíces se desarrollan en profundidad. También se acostumbran a soportar un cierto grado de sequía.
- Si la planta está adentro o bajo algún techo, procurar pulverizar sus hojas porque la suciedad no las va a dejar respirar.
El abono, un complemento importante
- En las macetas interiores, el mejor abono son los fertilizantes líquidos que se agregan cada 15 a 20 días al agua del riego. No hay que pasar la dosis porque se queman.
- Usar como abono el agua de cocer de los huevos duros o verduras. Tienen muchos minerales.
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- Los cambios bruscos de temperaturas o las típicas corrientes de aire en esta época son otro problema porque las de interior pierden sus hojas. La temperatura ideal es de 15 a 25°C.
- Cortar las flores que están pasadas. Al sacarlas, se incentiva a una mayor floración.