En virtud de la actual situación epidemiológica que vive nuestro país en general, y la provincia de Córdoba en particular, el Ministerio de Educación de la provincia indicó que no se vislumbra en el corto plazo la posibilidad de un regreso concreto a la presencialidad.
De esta forma, la actividad escolar en la provincia de Córdoba continuará de manera remota hasta tanto las condiciones epidemiológicas permitan al Centro de Operaciones de Emergencias (COE Central) autorizar la actividad educativa presencial, con la implementación de protocolos que contemplen el distanciamiento social, el regreso escalonado de estudiantes y docentes, la higiene de manos, la desinfección de los espacios, entre otros aspectos.
Cabe destacar que la decisión del regreso a clases presenciales corresponde al ámbito de la salud pública y no de la política educativa.
Vuelven las clases virtuales
En este sentido, se dispuso que el 27 y 28 de julio, tras el receso invernal, las instituciones escolares lleven adelante encuentros virtuales entre cada supervisor con los directores de su zona y, luego, entre los directivos y sus equipos docentes. En tando que la comunidad estudiantil retornará a la actividad escolar remota el miércoles 29 de julio.
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El objetivo es “revisar lo hecho, escuchar las experiencias de los y las demás, para aprender colectivamente y diseñar de manera conjunta, el tiempo que sigue”, a fin de reflexionar sobre la manera en que se ha desarrollado el “formato remoto de la tarea de enseñar y aprender”, según indica el Memorándum número 8 de la Secretaría de Educación.
Teniendo en cuenta “las complejas condiciones en las que se ha debido enseñar”, se plantea a las escuelas la reformulación de la propuesta pedagógica-didáctica institucional, a partir del diálogo y los consensos colectivos, retomando la síntesis de la evaluación formativa para identificar los aprendizajes logrados y aquellos pendientes para seguir trabajando. Se insta a “establecer prioridades, definiendo qué contenidos son irrenunciables (en tanto no pueden dejar de ser enseñados en el cuatrimestre que iniciará luego del receso), para garantizar aprendizajes significativos, que se conecten con la realidad de los estudiantes y sus familias”. Esto implica, recuperar lo aprendido sobre cómo proponer agendas semanales, con actividades que favorezcan los aprendizajes de manera crítica y creativa, con consignas claras para estudiantes y familias, y generar prácticas de enseñanza relevantes que aborden problemas reales y complejos, con articulación entre los distintos espacios curriculares.
El documento expresa que dado que “se han hecho visibles las situaciones diversas en las que se encuentran los estudiantes y cómo este contexto de aislamiento ha profundizado las desigualdades”, se hace necesario “personalizar el seguimiento de cada alumno y alumna y revisar las estrategias para que puedan responder a cada escenario y situación particular”.
Finalmente, se señala que “la anticipación y la comunicación entre las instituciones educativas y las familias son estrategias centrales de la preparación para el regreso a las aulas”, por lo que se deben “construir puentes entre las experiencias de enseñanza y de aprendizaje vividas a la distancia y el momento en que sea posible el reencuentro presencial”.