Era viernes 22 de diciembre de 2017. Silvia Mónica Merlo (47) se encontró con su expareja Miguel Ángel Steritemberberg (71), con quien había estado cinco años de novia. Él la citó en el crematorio camino a Capilla de los Remedios, del que era dueño, con la excusa de hablar sobre un negocio que tenían en común. Sin embargo, ella jamás imaginó que allí encontraría la muerte.
Steritemberberg tomó su revólver calibre 32 largo y la asesinó de un disparo en la cabeza. Luego intentó suicidarse en uno de los hornos, pero un empleado le salvó la vida. La mujer murió camino al Hospital de Urgencias.
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Desde entonces, el hombre está detenido en la cárcel de Bouwer. Dos años más tarde, la Cámara 1ª del Crimen con jurados populares lo condenó prisión perpetua por el delito de homicidio calificado por el vínculo y violencia de género (femicidio).
Según las hijas de la víctima, “estaba obsesionado” con su mamá y hasta “creía que ella tenía otra pareja”. Además, revelaron que durante la relación, Merlo no sabía cómo dejarlo ya que todo el tiempo discutían. Incluso se habían separado en reiteradas oportunidades.