La bronca y el llanto fue el denominador común tras la sentencia por el crimen de Franco Amaya. La Cámara 11ª del Crimen condenó a 12 años a Rodrigo Maximiliano Velardo Bustos, el policía que mató al joven de 18 años en un control en Carlos Paz en febrero de 2017.
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La decisión de los jueces se ajustó a lo solicitado por el fiscal Diego Albornoz, quien cambió la acusación hace días. El agente de 25 años que efectuó el disparo fatal estaba imputado de homicidio doblemente agravado por el uso de arma de fuego y por la condición de policía, pero quitó el segundo agravante.
Velardo Bustos había confesado que mató al chico por la espalda y los investigadores confirmaron que se encontraba alcoholizado al momento del hecho.
El otro efectivo, que se encontraba junto al autor del crimen, fue absuelto. José Ezequiel Villagra estaba acusado de omisión de los deberes de funcionario público por no prestar asistencia a la víctima luego de que su compañero lo hiriera.
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Entre lágrimas y al grito de "perpetua", la familia de la víctima se mostró disconforme con el fallo. El abogado Carlos Nayi aseguró que apelarán. Noticiero Doce estuvo ahí: