La balacera que terminó con la muerte de Valentino Blas Correas podría haber dejado más víctimas. Una de las balas atravesó el apoyacabezas del asiento del conductor y otra perfeoró la capucha del buzo de Cristóbal, otro de los amigos del joven asesinado a manos de policías de la Provincia de Córdoba.
Julio Herrera Martínez, abogado de este último adolescente que iba junto a Blas Correas en la parte trasera del auto Fiat Argo, más precisamente del lado izquierdo, dio detalles del trágico episodio en diálogo con PLX Pulxo 95.1.
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"Iba atrás, a la altura del conductor, cuando uno de los disparos le atravesó la capucha del buzo que llevaba puesta. El impacto dejó dos huecos, de ingreso y egreso", explicó Martínez. Por esta razón, ampliaron la imputación a los agentes Lucas Gómez (35) y Javier Alarcón (31) por homicidio calificado en grado de tentativa reiterado.
Cómo fue la balacera, según Cristóbal
El abogado del joven relató que habían acordado comer un choripan y jugar a la play en la casa de otro amigo. Pero el encuentro se vio frustrado por el fatal desenlace. "Al superar el puente Vélez Sarsfield, se detienen ante el semaforo en rojo. Debaten al ver el retén policial a 100 metros, habiendo decidido de común acuerdo frenar. El temor que tenían era que la policía les quitara el auto", detalló.
Sin embargo, cuando llegan al control -desconocen si estaba anteriormente o fue dispuesto para interceptarlos por el ataque con la moto- "disminuyen la velocidad ante las señales, el conductor va hacia el lado derecho, siguiendo las indicaciones, y traspone la línea del control, acelera y se va. A los diez metros empezaron los disparos". Y agregó: "No sé por qué se fue".
Consternados por esta situación, Cristóbal y otro amigo deciden bajarse del auto en Richardson y Vélez Sarsfield. "Le piden a Blas que baje, pero estaba sin fuerza, imposibilitado por la bala", indicó Martínez.
Sin saber lo que tristemente ocurriría luego, llegaron a la casa del amigo (que no formó parte del episodio) y fue la mamá quien los obligó a comunicarse con sus padres. "Cristóbal escuchó el disparo cerca suyo. Esa vivencia lo tiene afectado a él y su familia. Aún no entiende por qué se llegó a esa situación extrema cuando solo querían jugar a la play y comer un choripán", cerró su abogado.