German Freille es el Jefe de Guardia de la Clínica Reina Fabiola y hoy le toca recibir y atender a todos los pacientes infectados o sospechosos de tener coronavirus.
Cuando comenzó la cuarentena, decidieron en familia que lo mejor era separarse para proteger a sus seres queridos. Pero al ver que la contingencia podía ser muy extensa, decidieron permanecer bajo el mismo techo.
“Decidimos que lo mejor era aislarme de mi familia, tener una circulación separada, evitar el contacto físico con mi señora y mis hijas”, nos cuenta German mientras explica que la casa está dividida en dos.
Su familia se compone de su mujer y sus dos niñas: Agostina y Julieta de 1 y 6 años. Ellas son las que más sufren las medidas de prevención. “Lo más difícil es que cuando llego, las nenas vienen corriendo a la puerta para saludarme y tenemos que explicarles que no pueden besarlo a papá, no pueden abrazarlo, no pueden tener contacto”, cuenta German con mucho dolor.
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Para este sentimiento no hay receta médica que encuentre la cura: "Se me parte el corazón cuando a la madrugada las escucho y no puedo colaborar con una mamadera o para cambiar los pañales”, cuenta el doctor pero sabe que tiene una aliada invalorable. Su mujer es el gran sostén de la estructura familiar.
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Llegar del trabajo, una verdadera odisea. El regreso a casa tiene su propio protocolo. Cada vez que German vuelve de la clínica tiene que cuidar cada detalle para proteger a su familia.
Lo primero y más importante es meter toda la ropa en una bolsa que va directo al lavadero. Ningún elemento que provenga del exterior puede ingresar a la casa.
"Tanta gente depende de uno. Somos médicos pero también personas que tenemos familia y se las extraña”
Las zapatillas son desinfectadas y no se usan para circular en el interior. Hay una muda de ropa lista cada vez que llega para cambiarse.
Todas estas medidas sumadas al casi nulo contacto físico es lo que permite protegerlos de un posible contagio si está en fase de incubación.
Hoy el trabajo de este médico es de lunes a domingo. No hay descanso posible en esta cuarentena. Germán sabe de su doble función: “La responsabilidad de tanta gente que confía en que estamos haciendo las cosas bien y que yo los voy a cuidar y atender. Tanta gente depende de uno. Somos médicos pero también personas que tenemos familia y se las extraña”.