La muerte de Natalia Vargas fue una de las tragedias que conmovió al país en el final del 2017. La médica se accidentó cuando realizaba un salto de parapente, sin las medidas de seguridad correspondientes.
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En las últimas horas, fue detenido Ariel Salazar, el instructor responsable de guiar a la víctima durante la actividad, quien está imputado por el delito de "homicidio culposo". El juez tucumano Francisco Pisa ordenó su arresto el pasado viernes por entorpecer la investigación.
Salazar había abandonado su domicilio intentando eludir a la justicia. En su declaración, dijo que vivía con su madre, pero cuando policías allanaron la casa buscando las cámaras que registraron el accidente, encontraron sólo dos camas: la de la mujer y la de un hermano del instructor.
Por eso, las autoridades utilizaron una estrategia diferente para llegar a él. Una mujer policía se hizo pasar por una alumna de parapente para poder encontrarlo. Luego, lo siguieron hasta que lo detuvieron cuando ingresaba al domicilio de su madre.
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El testimonio de Salazar contradice las palabras de los testigos y los especialistas. Él dijo que Vargas sufrió un ataque de pánico y por eso cayó al vacío. Sin embargo, el video que se filmó en el instante del despegue comprobó que la víctima no tenía puesto el arnés de seguridad.
La Justicia le solicitó las filmaciones de la tarjeta de memoria de la cámara que registró todo el salto, pero el imputado respondió que no estaba en su poder. Hasta ahora, el dispositivo no fue encontrado. La fiscal María del Carmen Reuter interrogó a testigos y colaboradores de Salazar y, como los testimonios fueron tan contradictorios, analizan imputaciones por el delito de encubrimiento.
Por otra parte, también se investiga si Salazar tenía los permisos para brindar el servicio de vuelos de parapente. El presidente de la Federación Argentina de Vuelo Libre, Pablo Jaraba, declaró que "no estaba habilitado para hacer la práctica biplaza" y que no era instructor ni piloto profesional.