A fines de mayo, la localidad bonaerense de Longchamps vivió un momento estremecedor cuando Marcela Coronel, una enfermera, fue encontrada muerta en su casa de un hachazo en la cabeza.
Casi dos semanas después, la policía detuvo al marido, Gabriel Guevara, y al cuñado, Pablo Daniel Guevara, luego de revisar las cámaras de seguridad de la zona donde se produjo el femicidio.
El esposo de la víctima se había defendido de toda acusación, asegurando que se había tratado de un robo al voleo. Sin embargo, él era el primer sospechoso. Aquel sangriento día, aseguró que su hija había quedado al cuidado de Marcela, pero la pequeña fue abandonada.
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En las imágenes de las cámaras de seguridad de la localidad de Burzaco se puede ver cómo el cuñado de Marcela Coronel dejó a la niña, de un año y medio, en la calle. Aún se desconoce si fue antes o después del crimen.
La investigación
El cuerpo de Marcela Coronel fue hallado en el galpón de su casa, envuelto en una frazada. La autopsia determinó que murió por asfixia y que previamente había recibido golpes en la cabeza con un hacha y la habían tratado de estrangular con un lazo.
De acuerdo a los resultados de la investigación, el crimen se produjo en el living y luego el cadáver fue trasladado al galpón. El asesino limpió todo para ocultar pruebas. Sin embargo, encontraron un short deportivo de Guevara con manchas de sangre dentro de un balde con agua.