Fernando tiene 18 años y vive en Chivilcoy, provincia de Buenos Aires. No pasa por un buen momento económico y trabaja duro para ganarse la vida. En su casa, esta está con su madre.
El viernes a la noche pasó por una plaza de la ciudad y encontró un bolso sobre un banco. Lo abrió y encontró un DNI con el dinero. Se dio cuenta que era de una mujer grande y él se acordó su abuela.
Sin dudarlo, buscó a la dueña y la encontró. Cuando se lo entregó, la anciana le contó que el dinero era para pagar el tratamiento de una hija que está muy enferma.
La historia se difundió por todos lados y el dueño de una fábrica lo localizó, para ofrecerle un buen trabajo. Se pusieron de acuerdo para encontrarse el lunes en su oficina, donde recibirá las instrucciones para su nuevo empleo.
Fernando contó a los medios que lo entrevistaron. "Son 50 mil pesos que me hubiesen ayudado con la deuda que tengo con mi vieja. Vivimos en una casa humilde, pero decidí seguir luchándola. Estoy muy tranquilo, estoy con la conciencia tranquila de haber hecho lo que correspondí".
Su dialogo con la abuela, que estaba muy nerviosa porque pensó que había perdido el dinero, fue breve. “No le pedí nada, solo me traje una sonrisa”, dijo el delivery.