En 2018 una mujer denunció que su pequeño hijo de 3 años había desaparecido mientras ella hablaba por teléfono en una plaza de la ciudad de Palpalá y que no lograba encontrarlo. Minutos después, cuando tuvo que declarar ante la policía de Jujuy, se quebró y confesó el horror.
Ana Gómez fue condenada en la noche de este miércoles a cadena perpetua por ser considerada culpable de asesinar a su pequeño hijo Alexis Mamaní. “Homicidio agravado por el vínculo”, fue el delito por el cual se la culpó.
Ana Gómez, instantes antes de recibir la condena. / Todo Jujuy
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El caso sacudió a todo el país en marzo de aquel año. Mientras las autoridades montaron un operativo para buscar al niño, la mujer admitió que lo había matado y arrojado su cuerpo al río.
La autopsia confirmó que Alexis murió el lunes 19 de marzo de 2018 cerca de las 20 hs. producto de un traumatismo encéfalo craneano seguido de asfixia, lo que de inmediato descartó su ahogamiento.
Según se demostró con la investigación, Ana Gómez estaba con su hijo en alrededores de su casa ubicada en la ciudad jujeña de Palpalá cuando lo golpeó en la cabeza y lo estranguló hasta matarlo. La asesina luego arrojó el cadáver al río, que lo arrastró dos kilómetros y fue encontrado recién al día siguiente por los equipos de búsqueda.
“Vamos a pasear”
Medios de Jujuy hablaron con el entorno familiar de la asesina y revelaron que aquel día la mujer le había prometido a su hijo que saldrían a pasear. "Alexis se puso feliz. Ana se bañó, se puso sus mejores prendas y vistió a su hijo para la ocasión", aseguraron testigos y agregaron que la promesa era “comprarle algo rico” en la plaza.
Salieron de la casa, doblaron por una calle poco iluminada y cerca de las 20:30 ocurrió el crimen. Los investigadores forenses calculan que la mujer estuvo 20 minutos contemplando cómo su pequeño hijo agonizaba.
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Gómez golpeó a Alexis con una piedra en la cabeza y luego, con sus manos, lo arañó y estranguló. Tras arrojar el cuerpo al cauce del río, se dirigió hasta la plaza del barrio 9 de julio y denunció su desaparición.
El asesinato se dio en medio de una tensa relación de la condenada tanto con el padre del niño asesinado como con la familia. De hecho, la mujer había denunciado que sus hijos habían sido abusados por el novio de su suegra.