Un aberrante hecho se produjo en una localidad de Salta llamada Piquete Cabado, ubicada a 217 kilómetros de la capital de la provincia. Dos madres se presentaron ante la Justicia y denunciaron a un profesor de sus hijas de nueve años por abuso sexual.
Señalaron que durante la hora de las clases, el docente "abrazaba a las niñas y las sometía a tocamientos". A la vez hubo coincidencia en los relatos cuando ambas dijeron que el acusado les advertía que si comentaban algo de lo que sucedía podían perjudicarlo.
María Celeste Pisacic, perteneciente a la fiscalía Joaquín V. González, fue la voz del Ministerio Público Fiscal en la audiencia donde se debatió el hecho, luego de recibir las denuncias. La letrada analizó todas los datos recolectados y aseguró que lo expresado por las madres resultó estar en consonancia con lo manifestado por una de las menores en cámara gesell.
Una de las víctimas de nueve años afirmó, invadida de un miedo y angustia notoria, que había logrado esquivar al docente en tres ocasiones, pero que a su vez había estado presente en otra situación donde el acusado tocaba a una compañera de ella, detrás de un árbol.
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De acuerdo con la visión de Pisacic, el relato de la nena dota de una "total y absoluta credibilidad", ya que no manifiesta contradicciones y señala con lujo de detalle la escena. Las palabras de la segunda víctima por medio de la cámara gesell confirmaron los delitos señalados por la primera.
De esta manera, el acusado fue imputado como responsable y autor material del hecho en perjuicio de la menor. La fiscalía agregó que lo expresado por la segunda víctima “lleno de angustia, llanto y miedo hacia F., exteriorizó un estado de extrema vulnerabilidad frente a quienes debería haber cumplido su función como educador, obligado al resguardo y a la protección de los alumnos como tarea principal inherente a la condición de persona humana”.