El lunes 20 de junio, Matías Chirino (22) iba a comenzar una nueva etapa en el Ejército Argentino en Paso de los Libres, provincia de Corrientes, luego de conseguir el grado de subteniente. Sin embargo, su vida fue arrebatada durante la fiesta de iniciación realizada el fin de semana.
Su papá Ezequiel Chirino lo llevó en su auto desde Holmberg (Córdoba) hasta la localidad correntina. El sábado 18 de junio se vieron por última vez y el joven le confesó: “Te juro, viejo, que estoy cagado de miedo”. El domingo quedaron en almorzar para celebrar el Día del Padre. Pero en la madrugada recibió el peor llamado: le anunciaron que su hijo había muerto.
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Pasaron 20 días de aquella tragedia y el Ejército Argentino otra vez quedó en el ojo de la tormenta luego de un ritual de bienvenida en la localidad de Apóstoles, provincia de Misiones. Michel Natanael Verón tenía 26 años sufrió el desplazamiento de dos vértebras de la columna y podría quedar paralítico. Según trascendió, lo obligaron a beber alcohol en exceso y luego lo arrojaron a una pileta. Por el hecho, ordenaron la suspensión de dos oficiales y 13 subtenientes.
Una mujer allegada a Verón se comunicó con Ezequiel Chirino buscando consuelo luego de la tragedia en Misiones. El hombre, que hace menos de un mes perdió a su hijo, expresó su dolor en Noticiero Doce y lamentó que estas situaciones extremas aún se permitan.
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“Ayer tuvimos un día muy difícil”, aseguró el papá de Matías. Reveló que recibió un mensaje de “una señora que es amiga de este muchachito que tuvo el mismo problema que Matías”. Pero Ezequiel Chirino no encontraba palabras para acompañarla ante semejante dolor: “Lo único que le pude decir es que no le podía dar aliento”.
Y en ese sentido, agregó: “No tengo palabras ni siquiera para sostener a mi familia”. “A Matías le arrebataron un futuro impresionante por una negligencia, por abuso de autoridad. Estas lacras están separadas del puesto y hacen su vida normal”, denunció y cuestionó: “Estas lacras están separadas del puesto y hacen su vida normal”.