A un año y medio de su llegada a Pilar, en Córdoba, los Barbar se sienten solos y olvidados. Tras escapar de la guerra e instalarse en nuestra provincia, la familia siria atraviesa una difícil situación económica que los tiene atrapados en una ciudad que no es la suya.
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Hafez (el padre) trabaja en una fábrica de estructuras, mientras que Mari (la madre) no consigue empleo. "Hace un año y medio que estamos y no tenemos progreso. Nos han traído de la guerra y nos han dejado acá solos. Para eso me hubiera quedado en mi país", expresó Hafez a Telenoche.
"Nos consiguieron la casa, la amoblaron, pero estamos solos", agregó Mari. La otra familia siria en Pilar volvió a su país el año pasado y eso perjudicó a los Barbar, que se sienten desamparados. A eso se le suma la barrera idiomática (solo las dos hijas aprendieron español), que provoca una falta de comunicación con la comunidad, y la grave situación institucional en la ciudad.
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Ahora no pueden volver a Siria porque no les alcanza el dinero y tampoco pueden mudarse a la ciudad de Córdoba, donde tienen las esperanzas de que haya más oportunidades laborales. "Hubiera preferido vivir en la guerra", lamentó Mari Barbar.
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