La apertura de 235 escuelas en toda la provincia de Córdoba nos renovó las esperanzas de una vieja normalidad que quedó allá por marzo del 2020. Sin embargo, el programa nacional de revinculación Acompañar: Puentes para la igualdad, es una muestra más de las consecuencias de mantener las escuelas cerradas. Los más de 7 mil alumnos que ya volvieron a las escuelas son aquellos que por diferentes razones no pudieron mantener el contacto con las escuelas.
En el mundo, se discute sobre la necesidad de abrir las puertas de las instituciones educativas en un marco de seguridad sanitaria y protocolos que protejan a los alumnos y a los docentes.
Un nuevo informa de la organización Argentinos por la educación confirma que la ausencia de presencialidad “aumenta las desigualdades, la pérdida de aprendizajes, el deterioro de la salud física y emocional de los estudiantes y genera menores posibilidades futuras de empleo”.
Los niños de primaria podrían perder cerca del 70 por ciento del aprendizaje del 2020 en lectura y hasta un 50 por ciento en matemática.
Otro dato muy importante es que las consecuencias son mayores en los niveles socioeconómicos más bajos y aún más en las mujeres. Está claro que los soportes materiales y el acompañamiento de la familia marcan una diferencia sustancial en el aprendizaje a distancia. El concepto de la escuela como elemento igualador vuelve a tomar relevancia.
Entre las conclusiones más importantes del informe “¿Cuáles son las consecuencias de la interrupción de clases presenciales?”, además de la profundización de las desigualdades también se evidencia una pérdida importante en el aprendizaje básico de la formación educativa.
Por tomar un ejemplo, según un estudio en Estados Unidos los niños de primaria podrían perder cerca del 70 por ciento del aprendizaje del 2020 en lectura y hasta un 50 por ciento en matemática.
El nivel inicial también presenta datos alarmantes: los alumnos podrían perder hasta un 67 por ciento de alfabetización.
La salud física y mental
El aprendizaje en las escuelas no sólo es curricular. El aprendizaje con otros sólo puede darse en el marco de un encuentro y eso es lo que ofrece la escuela: un contexto seguro y controlado para sumar experiencias que van mucho más allá de lectura, escritura y matemática.
Según el informe de Argentinos por la educación, “los estudiantes que no asistieron a clases presenciales sufrieron consecuencias negativas en su salud emocional, particularmente los niños/as con necesidades de salud mental, ya que vieron limitado el acceso a recursos que suelen tener a través de las escuelas".
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En el Reino Unido, el 83 por ciento de los niños y niñas con necesidades de salud mental empeoraron su estado por el cierre de las escuelas.
La falta de actividad física también se vio alterada por las cuarentenas, en todas sus formas y la ausencia de presencialidad. En general, los niños redujeron la cantidad de horas de actividad física y aumentaron el tiempo de exposición a las pantallas. Sumado a esto, creció el consumo de bebidas azucaradas y comidas de alto contenido calórico.
Planificar el futuro
Si pudiéramos mostrar una foto de las desigualdades en la Argentina previo a la pandemia y una foto actual, el resultado mostraría lo mismo pero peor. La profundización de las desigualdades en la educación se manifiesta en cada investigación.
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Según el mismo informe “asistir a la escuela de manera virtual a tiempo completo reduce 10% la probabilidad de graduarse de la secundaria, un factor asociado a mayor empleabilidad. El cierre escolar está asociado a peores resultados en pruebas estandarizadas –como las PISA–, lo cual suele utilizarse como parámetro de menores oportunidades de empleo.”
Por lo tanto, las consecuencias se sentirán por las próximas décadas en múltiples niveles que incluyen el desarrollo económico y social de un país.