El sábado llegaron cerca del mediodía al centro vecinal de barrio Quebrada de las Rosas. Abrieron la puerta y se encontraron con una escena extraña: había cables rotos.
Cuando se dirigieron a la cocina encontraron a un ladrón “agazapado arriba de la heladera comercial”. Había arrancado la instalación eléctrica y hasta los portalámparas. El delincuente estaba en plena acción.
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“Con el ladrón adentro primó la prudencia y el instinto de supervivencia”, detalló el referente del centro vecinal al hablar sobre su compañero que fue testigo de un encuentro impensado. Al desconocer si el delincuente estaba armado o con algún cuchillo, “levantó las manos y dejó que se vaya”.
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Son víctimas de la inseguridad desde hace tiempo. En reiteradas oportunidades sufrieron el ataque al centro vecinal, les rompieron baños, se llevaron inodoros y hasta fueron por el teatrino, que tiene 40 años de historia y están luchando por ponerlo en funcionamiento.