Desde hace más de 40 días, Rodrigo Eguillor está detenido acusado de abuso sexual y privación de la libertad a una chica de 21 años en el departamento de un amigo en el barrio porteño de San Telmo. Según denunció la víctima, el joven le prohibió irse del lugar y salió al balcón para pedir ayuda. Los vecinos, alertados por los gritos, llamaron a la policía y el hecho quedó registrado.
El hijo de la Paula Martínez Castro, fiscal de ejecución penal de Lomas de Zamora, se encuentra alojado en el penal de Marcos Paz. Pero aún no comprende qué hizo mal para estar encerrado y por sus constantes actos de rebeldía fue categorizado como un “preso de riesgo” tanto para él mismo como para su entorno.
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Lo cierto es que el 24 de diciembre se registró su primera furia. Arrancó el inodoro de la celda después de 10 días preso e increpó a un guardia diciendo: “Lo rompí y no pienso limpiar nada de acá, eso lo van a hacer ustedes”. Su personalidad conflictiva continuó con el correr de los días y fue trasladado a otro pabellón.
Sin embargo, jamás encontró la paz. Está junto a otros agresores sexuales, donde también se encuentra el futbolista Jonathan Fabbro. Allí también protagonizó peleas con los internos y pasó de la ira a la abstinencia.
Eguillor fue sometido a pericias psicológicas y psiquiátricas por el Cuerpo Médico Forense. Los resultados de la evaluación alojaron que presenta un grave trastorno sociopático de personalidad con abuso mixto de drogas. Pero esto no afecta su “perspectiva psicojurídica” ni tampoco su “comprensión y dirección de sus acciones”.