El asesinato de Blas Correas por un disparo de arma de fuego de un policía sigue latente en Córdoba. Esta muerte visibilizó otros casos de abuso policial y surgieron más denuncias, como la que realizó Nicolás Barón Miño en San Francisco. El joven sufrió el impacto de una bala de goma en su cabeza al escapar de un control callejero.
Todo sucedió el último sábado alrededor de la 1:30 de la madrugada en el barrio Jardín de la ciudad de San Francisco. Según relató el muchacho de 23 años a esa hora regresaba a su hogar luego de visitar en el hospital local a su hijo recientemente nacido de manera prematura. Antes decidió pasar por la casa de un amigo, a pocos metros de su domicilio.
En primera persona
“Yo salía para la casa de un amigo, le iba a preguntar sobre un videojuego. Yo veo que estaba el comando policial. Me apoyo en el camión del vecino de la casa de al lado, que es tío de mi amigo, y me pongo a hablar. Uno de los policías se baja con malos tratos y me dice 'salí de ahí', me agarra del brazo, me lleva para la calle y me empuja contra el móvil. Yo estaba asustado, no sé por qué, y en eso que se descuidan me voy porque ya me habían agarrado con malos tratos y pensé que me iban a llevar sin saber por qué. En eso hago 15 metros y me disparan. Y seguí corriendo por el miedo, la adrenalina, no sé”, contó el joven a El Periódico.
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Nicolás, que trabaja como empleado de la construcción, reafirmó en su relato que cuando lo interceptaron los policías quiso explicar de dónde venía y qué estaba haciendo “pero en ningún momento les interesó. Según ellos, como redactaron, dijeron que yo me había escapado de un control con otro muchacho y yo recién venía de ver a mi hijo en el hospital”, agregó.
El joven papá recordó el momento en que le dispararon: “No me dijeron alto, no me dijeron nada más que 'salí de ahí'. Ellos habrán pensado que me estaba escondiendo de ellos, no sé, o se habrán confundido. Cuando me disparan yo ya había salido a correr por miedo, porque pensaba que me iban a llevar. Sentí el impacto pero seguí corriendo, no iba a frenar porque pensaba que me iban a llevar. Yo más que todo salí corriendo porque tengo un hijo, al otro día tenía que trabajar, llevarle cosas al nene, pagar cosas de la casa, comer, como cualquier familia”.
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El estruendo del disparo se escuchó en todo el barrio, según contó a ElDoce.tv su mamá Silvia Miño, que estaba en la casa familiar, a la vuelta del violento episodio. “Enseguida pensé en Nicolás por su moto, jamás pensé que había sido un disparo. Pero ahí lo vi llegar diciendo ‘mamá, me tiraron’”, dijo la mujer. Fue un solo disparo directo a la cabeza del joven.
Esa madrugada, Nicolás fue atendido por una ambulancia en el domicilio y luego trasladado al Hospital Iturraspe, donde lo suturaron con tres puntos en la zona de la cabeza donde impactó la bala de goma. La víctima debe guardar reposo y no podrá trabajar por 20 días.
Complicaciones para los policías
Los suboficiales Elías Zárate y Miriam Toranzo, de la Departamental San Justo, son los agentes acusados de abuso policial. Por este caso pasaron a situación pasiva y la fiscal de instrucción Leonor Faillá, que investiga el hecho, imputó por el delito de lesiones dolosas a Zárate, aunque dispuso que permanezca en libertad.
Fotos: gentileza El Periódico de San Francisco