La Justicia determinó que la viuda, Mercedes "Pirucha" Segalá, pagó 100.000 dólares para mandar a matar a su marido. Tenía un solo objetivo: quedarse con una elevada suma de dinero de dos seguros de vida, que finalmente cobró.
La pena de prisión perpetua es por “homicidio agravado por el vínculo y por precio o promesa remuneratoria”. La misma condena que recibió Victor “Mandrake” Quinteros, el hombre que ingresó esa noche a su casa para secuestrarlo.
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Las hijas de Segalá son las querellantes de la causa. Hablaron despúes de la detención en El Show de la Mañana y aseguraron que “la justicia tardó pero llegó”.
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