Mauro Gabriel Schwartz tenía 20 años y estudiaba ingeniería en la facultad. Su novia, Sofia Kogan, de 17, cursaba el último año del secundario. Ambos fueron encontrados muertos en la habitación de la casa donde el joven vivía junto a su abuela.
La pareja había salido a bailar la noche anterior. Regresaron en horas de la madrugada, se acostaron y no se despertaron. Cuando la abuela volvió, entró al dormitorio y los halló sin vida. Eran las seis de la tarde del domingo. Los cuerpos no presentaban signos de violencia. En el baño, encontraron restos de vómitos.
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Los cuerpos fueron trasladados a la morgue judicial donde las primeras pericias determinaron que murieron por intoxicación con monóxido de carbono debido a un problema en el conducto de ventilación de la calefacción central, según reveló Fernán Voltolini, tío de la adolescente, en diálogo con Noticiero Doce.
Mientras tanto, el padre de Sofía despidió a su hija con un conmovedor mensaje publicado en su cuenta de Facebook. "Me tiembla el pulso, no puedo parar de llorarte. Te pido perdón por cada beso y abrazo que no pude darte cuando lo necesitabas", es parte del texto que escribió Sebastián Kogan, quien recibió el apoyo de muchas personas.