Más de la mitad de las personas infectadas con el virus que causa la hepatitis B y C no lo saben. Y esto puede terminar con sus vidas. Lo afirman desde el y desde las sociedades científicas, que llaman a hacerse el test para tener un diagnóstico y tratamiento temprano: el virus puede estar en el organismo durante años sin provocar síntomas, pero cuando estos empiezan se puede estar muy cerca de la muerte.
Las estadísticas mundiales colocan a esta enfermedad como la octava causa de fallecimientos, por adelante de los accidentes viales, el HIV y la diabetes, terminando con la vida de 1,5 millones de personas cada año en todo el mundo. "Es fundamental que todos los adultos se hagan el test al menos una vez en la vida, ya que son infecciones crónicas sin síntomas", afirmó Gabriela Vidiella, coordinadora del Programa Nacional de Control de Hepatitis Virales.
La hepatitis viral es una inflamación del hígado que puede derivar lentamente a una enfermedad hepática grave, como cirrosis o cáncer de hígado. Para detectar la presencia del virus solo se requiere una extracción de sangre, lo que se puede hacer de manera gratuita en hospitales públicos.
Los tipos más comunes son la A, B y C. Para las dos primeras hay vacunas, que están incluidas en el calendario oficial de vacunación, pero para el tipo C, no existe este tipo de prevención. El contagio se produce principalmente por el contacto con la sangre de una persona infectada (también por vía sexual).
Se consideran en riesgo quienes hayan recibido una donación de sangre antes de 1995, hicieron hemodiálisis, utilizaron drogas inyectables o inhaladas, o estuvieron expuestos a sangre infectada. También hay casos en los que la madre pudo haber transmitido el virus al hijo.
A modo de prevención, los especialistas aconsejan no compartir jeringas y elementos cortopunzantes y exigir el uso de materiales esterilizados siempre (en procedimientos médicos, tatuajes o piercing). Quienes deben realizarse los estudios de detección de la hepatitis c son: los mayores de 50 años, toda la población sexualmente activa y/o en estado fértil. En este caso también corresponde estar vacunado contra el virus de la hepatitis b.
Los especialistas subrayan que hoy existe la posibilidad de curarse con drogas nuevas disponibles en nuestro país, de alta eficacia y que se toleran muy bien. “La detección temprana y el acceso a terapias a precios asequibles y de calidad podrían impedir que muchas de esas personas desarrollen complicaciones como la cirrosis y el cáncer hepático, salvando muchas vidas”, resaltó Massimo Ghidinelli, especialista de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS).