Luego de casi 23 años del asesinato de Héctor Corradini, la Corte Suprema dejó firme la condena a prisión perpetua contra Mercedes Segalá por el delito de “homicidio agravado por el vínculo y por precio o promesa remuneratoria” contra su esposo.
En 2016 la Justicia había resuelto que la viuda pagó 100 mil dólares para mandar a matar a su marido. Su objetivo era quedarse con una elevada suma de dinero de dos seguros de vida, que finalmente cobró. Luego Segalá presentó un recurso contra aquella condena, pero la Corte se lo rechazó y dejó firme la perpetua.
Tras conocerse las últimas novedades del caso, Alejandro Corradini, hermano del panadero, recordó varias cuestiones acerca de la causa judicial y también se refirió a los intereses reales que tenía la viuda.
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"Fui durísimo primero, algo que no se lo deseo a nadie. Una familia que quedó desmembrada, tres hijos de mi hermano que quedaron destruidos, al igual que mi mamá y hermanos. Fue una época muy dura", afirmó Alejandro.
Luego, ya puntualizando en la condenada, volvió a hablar sobre las estrategias que tuvo durante el paso de los años, intentando despegarse del crimen por encargo. "Mercedes tenía dos caras: una en las marchas y otra con nosotros", indicó.
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"A los días de la muerte de mi hermano, el hermano de ella vino a la panadería y preguntó de quién era todo esto", aseguró Corradini. Además, dijo que "mientras nosotros no salíamos del dolor y no entendíamos nada, ellos estaban preocupados por la parte hereditaria que les tocaba".
Y cerró todavía con tristeza: "Era a cada momento revolver y revolver, y que te venga a preguntar que les tocaba a ellos fue un baldazo de agua fría".