El 93 por ciento de los jóvenes de entre 16 y 30 años reconoce que manejar luego de tomar alcohol aumenta el riesgo de morir en accidentes de tránsito. Sin embargo, el 27 por ciento admitió que lo hizo en el último año y un 50 por ciento afirmó que sus amigos lo harían.
Los resultados se desprenden de un estudio de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ASNV). El mismo demostró que, pese a poner en riesgo su vida, los jóvenes no se preocupan por la relación entre el acohol y la conducción, informó Clarín. "Cuando ellos hablan de las faltas en relación a la seguridad vial, el alcohol al volante casi no tiene incidencia", detalla el organismo.
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La investigación se hizo a 12 grupos y la muestra incluyó diferentes ciudades del país: Córdoba, Buenos Aires, Jujuy, Comodoro Rivadavia, Corrientes y Mendoza. Los encuestados fueron conductores de ambos sexos y diferentes niveles socioeconómicos.
"Esto se debe, según estudios de salud publicados oportunamente, a que los jóvenes son más propensos al comportamiento impulsivo y a la búsqueda de emociones que los adultos, ya que la parte del cerebro que regula los impulsos es la última en desarrollarse y, por lo tanto, durante la juventud funciona con menos eficiencia que otras partes del cerebro", explicaron desde la ASNV.
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Según detallaron en el informe, la falta de conciencia en los jóvenes responde a tres factores: la percepción del riesgo se minimiza por creer que tienen controlada la situación; "el consumo de alcohol es un hábito arraigado con origen en la adolescencia que está presente prácticamente en todos los momentos de sociabilidad"; y la falta de miedo.
Ante estas conclusiones, la ANSAV anunció que diseñará nuevas acciones de concientización y control "para modificar las conductas de riesgo".