La Corte Suprema de Justicia reconoció el derecho a la muerte digna y avaló la voluntad de una persona para que se suspendan los tratamientos médicos que le prolongan la vida desde hace 20 años.
El fallo genera un antecedente clave para tribunales inferiores que tienen casos similares. El presidente del tribunal, Ricardo Lorenzetti, el cordobés Juan Carlos Maqueda y Elena Highton de Nolasco votaron a favor de la medida.
El paciente sufrió un accidente automovilístico en 1995 y se encuentra postrado, con desconexión de ambos cerebros, destrucción del lóbulo frontal y otras lesiones de gravedad. Necesita atención permanente y es alimentado por una sonda conectada a su intestino delgado.
"Desde hace más de 20 años no habla, no muestra respuestas gestuales o verbales, no vocaliza ni gesticula ante estímulos verbales y tampoco responde ante estímulos visuales. Carece de conciencia del medio que lo rodea, de capacidad de elaborar una comunicación, comprensión o expresión a través de lenguaje alguno y no presenta evidencia de actividad cognitiva residual, explica la sentencia, publicada en el Centro de Información Judicial.
Ls ministros de la Corte consultaron al Cuerpo Médico Forense y al Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro para tener una mayor certeza científica. Los estudios realizados confirmaron que el paciente sufre una situación irreversible e incurable y que no hay elementos que permitan suponer que tiene chances de recuperarse.