Los conceptos han cambiado considerablemente en los últimos años. En el año 2007, recomendaban aplicar la regla del psiquiatra francés Serge Tisseron. La norma madre establecía que antes de los tres años los niños no debían tener ningún tipo de contacto con la tecnología.
La regla de 3-6-9-12. Establece que antes de los 3 años, nada de pantallas. Antes de los 6, no usar consolas. Antes de los 9, no acceder a Internet y a partir de allí, siempre con la compañía de un adulto. Hay que establecer reglas claras de uso, horarios y contenidos.
Sin embargo, la Academia Americana de Pediatría publicará un nuevo documento en el que establece como límite los 18 meses para acceder a los dispositivos móviles. Es decir que un bebe de un año y medio ya está en condiciones de utilizar celulares o tablets. De todas maneras, recomiendan evitar la exposición todo lo que se pueda pero una vez expuestos hace una serie de recomendaciones según la edad.
El informe que se conocerá de manera completa a fin de mes en la revista Pediatrics, responde a una de las dudas más importantes de los padres de milenials. El debate está lejos de zanjarse y todos los días se suman estudios científicos que hablan de las consecuencias cognitivas en los niños que utilizan tecnología de manera temprana.
Antes de los 18 meses.
Nada de pantallas. La excepción se da por los videochats con familiares o amigos, que pueden llegar a favorecer el contacto a distancia. En este caso, las pantallas fortalecen los vínculos.
Entre los 18 y 24 meses.
Se recomienda que consuman contenido de alta calidad en Internet y, siempre, en compañía de un adulto
Entre los 2 y 5 años.
No deben consumir contenidos más de una hora diaria y siempre, con la compañía de los adultos para explicar lo que se consume.
A partir de los 6 años.
Equilibrio y sentido común. Siempre deben existir límites de tiempo y contenido. El objetivo es que la tecnología no afecte el sueño, la actividad física y las relaciones interpersonales.
(Fuente: La Nación)