Entre 1982 y 1990, la planta de uranio ubicada en Los Gigantes extrajo el material para que lo utilicen las centrales nucleares. Después de décadas de permanecer cerrada y envuelta en misterio, se abrieron sus puertas y un equipo de El Doce estuvo ahí junto a intendentes, legisladores y otras autoridades.
En un nuevo informe de Historias de Hoy, ex trabajadores denunciaron que el lugar fue contaminado. "Para sacar el uranio se tenía que tirar mucho fósforo. Por cada 1.500 kilos de uranio se tiraban 4 mil de fósforo, que quedaron a la intemperie", advirtió Manuel Guerrero Díaz, ex empleado de la mina.
Ahora, el problema se actualizó: la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) quiere llevar 58 mil toneladas de residuos de la planta de Alta Córdoba a Los Gigantes, con el objetivo de hacer una remediación general.
Las autoridades cordobesas se oponen. "Pónganle la firma que no van a pasar", sentenció el legislador radical Hugo Capdevila. Mario Decara, el defensor del Pueblo, y Carlos Caserio, senador de Unión Por Córdoba, también expresaron su rechazo. "Es una cosa aberrante", criticó este último. Sin embargo, para Enrique Sinat, gerente general de la CNEA, "es tierra con un poco de lo que queda".
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