Los cuatro ladrones llegaron a la vivienda de la calle Filadelfia 739, en dos motos. Tras amenazar a los propietarios, se metieron a la propiedad pero dejaron la puerta de la calle entreabierta. Ese descuido, los terminó delatando.
Por el lugar, pasó por casualidad un móvil de la Policía. Se dirigía a otra cosa por una denuncia de violencia familiar. Los efectivos vieron movimientos sospechosos y decidieron pararse para ver que estaba pasando.
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Uno de los ladrones se desesperó. Al ver que no tenían salida, se hizo pasar por el dueño de la casa. El ardid le salió mal porque la mujer alcanzó a gritar que era un ladrón.
Entre los delincuentes, había un menor de 15 años. Solo el padre de familia sufrió un golpe leve en la cabeza producto del forcejeo con uno de los ladrones.