"Le disparé porque me tenía cansado", fue la frase que dijo Guillermo Cuenca ante la Policía para justificar el crimen de su hijo. Tras uno de los tantos enfrentamientos, el hombre le disparó al joven en el pecho y lo mató.
El caso conmocionó a Mar del Plata hace dos años. Este miércoles, Cuenca, de 62 años, quedó en libertad tras un juicio por jurado popular. El agresor fue considerado autor de "homicidio agravado en exceso de la legítima defensa".
El juez lo condenó a tres años por el delito, pero como pasó dos años preso a la espera del proceso judicial, tras el veredicto lo dejaron libre. El terrible hecho ocurrió en junio de 2020 en la casa donde convivía la familia.
Cuenca llegó al juicio dos años después imputado por el delito de "homicidio agravado por el vínculo", que contempla una pena de prisión perpetua. Sin embargo, el jurado popular entendió que el hombre sufrió un ataque de su hijo y que lo mató defendiéndose.
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La resolución de los dos jueces fue unánime. Ambos descartaron la opción de homicidio agravado por el vínculo como así también una eventual emoción violenta. Al mismo tiempo coincidieron en que el hombre de 62 años efectuó el disparo en "exceso de legítima defensa" frente a las agresiones recibidas.
En ese sentido, el juez Néstor Conti dictó una pena de tres años de prisión sobre un máximo posible de cinco años y ocho meses, por lo que dispuso la inmediata excarcelación de Cuenca bajo caución juratoria.