Marisa de Borrajo tiene 91 años y dedicó gran parte de su vida a la enseñanza. Su pasión, ingenio y sabiduría la convirtieron no sólo en una maestra, sino en la fundadora y la directora de la escuela Cornelio Saavedra de Villa Posse, que comenzó a recibir a niños 50 años atrás.
Por el Día del Maestro, recibió un merecidísimo homenaje de sus familiares y ex alumnos en la institución que ayudó a levantar con sus propias manos. "No hice nada por interés, por un sueldo, sino por amor a los chicos que pasaban caminando y no tenían una escuela cerca", recordó sobre la fundación.
"El verdadero sentido del maestro es transmitir y formar para la vida, y no solamente instruir", reflexionó Marisa.
"El dueño de las tierras le decía a mi marido 'esos chicos, pobrecitos, que tienen que caminar con frío, calor, lluvia'. Y mi marido le dijo: 'Si usted nos da un terreno le prometo que hacemos la escuela', y así empezamos", contó emocionada sobre su compañero de vida, Juan, con quien construyeron las primeras dos aulas y la dirección. Un gesto la pinta de cuerpo entero: cuando esos nenes llegaban sucios, los limpiaba con sus propias manos para que puedan aprender tranquilos.
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La lección de Marisa, entonces, fue mucho más allá de las materias y los manuales: "El verdadero sentido del maestro es transmitir y formar para la vida, y no solamente instruir. Enseñar actos de amor, de caridad, de solidaridad, no solo aprender las materias. Ese fue mi objetivo y lo logré: hoy veo a mis alumnos con el mismo amor que el primer día". Mirá sus conmovedoras enseñanzas:
+ VIDEO: El agradecimiento de los familiares y alumnos a Marisa: