En épocas difíciles surge lo mejor y lo peor de las personas. Una frase común que hemos escuchado en repetidas oportunidades durante la cuarentena. Las situaciones límites nos exponen tal cual somos y muchas veces reaccionamos de manera más visceral que racional.
Lucía Tissera es el ejemplo de lo mejor que podemos hacer desde el lugar que a cada uno le toca vivir. Para ella ayudar es parte de su historia. Junto a sus cinco hijos: Mar de 12 años, los gemelos de 11, Maciel e Ian y los mellizos de 8 años, Yahir y Joselin llevan adelante el merendero.
En su nombre y a través de este serie de entrevistas a trabajadores definidos como esenciales en el primer decreto que dispuso el Aislamiento social, preventivo y obligatorio, rendimos nuestro homenaje y les agradecemos por haberse puesto al hombro el 2020.
Cadena de favores
“Yo estoy separada hace ocho años, sufrí violencia de género y busqué contención en una ONG de la zona que son Las Omas”, así comienza Lucía el duro relato que forma parte de su historia. Lo que comenzó como un camino sin salida se transformó en el sentido de su vida.
Fue esa organización la que la ayudó a conseguir la casa donde hoy vive con su familia pero que a su vez, se transformó en un lugar de contención para otros: “A mi me pareció como un poquito justo devolver algo de todo eso que me habían dado, no solamente lo material sino también el amor que me dieron las chicas, el apoyo que tuvieron conmigo y a mi nena más grande se le ocurrió poner el merendero”.
Rayitos de sol no es un nombre más, representa las historias que Lucía les ha contando una y mil veces a cada uno de sus hijos soñando e imaginando mundos de fantasías. Por eso este nuevo sueño debía llamarse así.
Ayudar en tiempos de cuarentena
“Cuando no se pudo hacer más reuniones, empezamos a llevar (la comida) a las casas”, así cuenta Lucía el cambio principal que sufrieron a comienzos de la pandemia. Sin la posibilidad de recibir gente, decidieron llevar la materia prima a cada familia para que ellos mismos pudieran hacer la merienda.
Sin embargo la realidad volvió a golpearlos: “Había familias que no te lo aceptaban aunque les hacía falta y nos empezamos a preguntar porqué y a ver un poquito más la realidad y nos dimos cuenta que no tenían donde cocinar”.
Esa fue la razón por la cual siguieron preparando todo en el comedor y las familias asistían, bajo protocolo, con jarras o recipientes para llevarse la comida y las infusiones.
Lucía es contundente con la realidad que se vive en el barrio y que podría trasladarse a muchos otros de la ciudad de Córdoba: “Había cosas que estaban pasando a la vuelta de casa y no sabíamos”.
Los 11 niños con los que empezó el merendero hace cuatro años se transformaron en 63 con un aumento de la necesidad durante la pandemia: “Antes de la cuarentena teníamos 40 chicos”.
Lo que necesitan
Aunque la cuarentena expuso de manera más descarnada la dura realidad, Lucía y sus hijos están acostumbrados a ver y escuchar relatos complejos: “Hay una realidad bastante fuerte, todo tiene un génesis, es el porqué se llegó a ese punto, porqué está así, porqué hay padres que no tienen trabajo, hay problemas de adicciones, hay de todo un poco que van llevando y sin querer van empujando a esta realidad de que le falte la comida”.
Ante la pregunta sobre qué podemos hacer como sociedad para ayudar Lucía contesta con una declaración de principios: “Hay una palabra tan linda y tan mágica que es prevención en todo sentido, es ver todo antes de que pase”.
Tanto Lucía como su familia habla mucho con cada uno de los Rayitos, así define a los niños que asisten al merendero y hay una conclusión que se reafirma todos los días: “El niño aprende más con lo que ve de mamá y papá”
Para ayudar al merendero Rayitos de Sol pueden comunicarse al (0351) 153750277
Lo que aprendí del 2020
“Aprendí mucho el significado de la palabra empatía pero realmente, es ponerse al cien por ciento en el lugar del otro porque a veces uno juzga, prejuzga mucho con lo que ve pero tenemos que tratar de ver un poquito más allá y ver porqué fue así”
Lo que deseo para el 2021
“Deseos muchos, que nos sirva todo esto, este año difícil que hemos vivido, que nos sirva como aprendizaje y que nos sirva para empoderarnos un poquito más y ver todo desde otra perspectiva”.