Gustavo Cuello tenía 43 años y era chofer de Ersa, la empresa de transporte urbano de la ciudad de Córdoba. Era la noche del 8 de abril pasado cuando fue encontrado muerto en barrio Villa Boedo.
Estaba terminando el recorrido y se encontraba en cercanías a la punta de línea. El colectivo quedó abandonado y el cuerpo de la víctima apareció a 50 metros de distancia.
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A siete meses del hecho, el fiscal Tomás Casas pidió archivar la investigación luego de descartar que se tratara de un homicidio o un hecho de inseguridad seguido de muerte. Es decir, pudo determinar que se trató de un suicidio.
"El señor Cuello no fue víctima de hecho delictivo, sino que el resultado fatal se debió a su propio accionar. Por tal motivo, la causa se ha archivado no habiendo delito", indicó la secretaria de la fiscalía, María Laura Juárez, en diálogo con radio Mitre Córdoba.
A los pocos días de la muerte, la autopsia precisó que el fallecimiento se produjo por aplastamiento de cráneo. Sin embargo, aún restaba confirmar en qué circunstancias había sucedido el episodio y si hubo participación de terceros.